¿Cuántas veces has estado a punto de colapsar por no poder con todo? «Todo» ¡Cómo si fuese posible poder con TODO lo que se cruce!
Hay cosas en las que eres un experto, y otras en las que, simplemente, no tienes ni idea de qué estás haciendo. Y eso está genial, y muy -muy- normal. Lo que probablemente no está teniendo un impacto positivo en tu vida personal es, llegar constantemente al punto de no poder manejar de la mejor forma los escenarios que vives en el corto plazo.
Contar las horas para terminar de trabajar, salir de casa para no lidiar con tu pareja, escapar constantemente de la ciudad que te agobia día a día, son solo señales de que no estás viviendo la vida que quisieras.
Aquí es donde tener una misión y visión personal clara puede ser el salvavidas para tomar las decisiones correctas a corto y largo plazo, aún más cuando estás en un punto donde no sabes qué hacer con tu vida.
Verás como con un poco de teoría, y una serie de preguntas de autoconocimiento, tienes claro el tipo de experiencias que quieres, y necesitas, vivir ¡Comencemos!
Una misión personal es básicamente un enunciado que representa todo lo que quieres en tu vida.
Uy, qué místico suena. Mejor así: para que sea más práctico y realista vamos a dividir tu vida en tres áreas.
Estas tres áreas constituyen tu día a día, esa rutina que tanto te agobia, y que ahora sabes que puedes modificar. ¿Cómo? Teniendo claro qué quieres en cada punto. Ese es tu enunciado de misión personal, todo lo que te gustaría ser y lograr a diario, con la simple guía de tener muy claro en principio qué es lo que quieres y aplicarlo en todo lo que realices.
Puedes notar que las tres áreas están a tu alcance, por lo que tu propia misión personal es de tu vida personal, no incluye lograr cambiar nada o nadie más que a ti mismo. Un proyecto de vida no sería factible si lo enfocamos en obtener algo fuera de nuestro poder de acción, que es, prácticamente, todo aquello que no sea nosotros mismos.
Vimos que la misión se refiere a definir el propósito, y la esencia propia, con el fin de ser el tipo de persona coherente que sí trabaja por lo que quiere, y además, lo disfruta día a día. ¿Pero cómo lo logra? Aquí entra la visión personal.
La visión, a diferencia de la misión, es una mirada más concreta, más a corto plazo, pero que se guía siempre de la misión. «Qué debo hacer para lograr lo que quiero ser y hacer».
Por ejemplo: Me visualizo trabajando remoto para poder cumplir mi sueño de ser nómada digital. ¿Cuál es mi sueño (misión)? Ser nómada digital. ¿Cómo lo logro? Mi visión personal debe inclinarse por una opción que me permita serlo… trabajar remoto.
Algo ha quedado claro: tener definidas una misión y visión personal nos ayuda a saber lo que queremos, tanto a largo plazo como en el día a día. Y aunque este beneficio suene muy general, lo podemos descomponer en una lista de ventajas que te harán llevar una buena vida:
Aunque parezca que la intención es muy individualista, te sorprendería ver el impacto positivo que conlleva en quienes te rodean. Al trabajar en tu desarrollo personal, automáticamente serás cada día mejor persona también con el resto.
Llegar a tu propia misión personal no es un trabajo de unos minutos, incluso de un día. La mejor forma de asegurarte que estás definiendo el camino más adecuado es enfocarte en ti. Para proyectar en el exterior debemos primero mirar adentro.
El primer paso para el autoconocimiento es la curiosidad, tu vida depende de las preguntas que te realices.
Te dejo una serie de preguntas para que las leas y respondas con calma, que espero te ayuden a describir tu enunciado de misión personal. Dedícate un tiempo únicamente a ello. Luego de hacerlo puedes resumirlo en el formato que más te guste: una palabra, una frase o párrafo, o incluso una imagen.
Vamos a añadir un poco más de creatividad y detalle…
Otro ejercicio complementario, y que en lo personal logró incluso que, cambiara al tercer año de estudio de carrera profesional:
Describe un día perfecto, y rutinario, para ti. Sé lo más específico que puedas en la rutina y hábitos. Hora en la que despiertas, qué desayunas, o si no desayunas. Qué ropa vistes. A dónde vas. Cómo luce tu jornada laboral (horarios, locación, tareas). Con quién compartes ese día. Qué se ve por la ventana (o no hay ventanas). ¿Hace frío, calor? ¡Dibuja si hace falta y no sueltes ni un detalle!
Tu misión y visión serán personales y únicas. Sin embargo, a nivel de estructura, motivación y guía, es muy útil mirar ejemplos de otras personas. Te dejo un ejemplo de una persona influyente, y otro de, digamos, un simple mortal:
Amanda Steinberg: «Utilizar mis dotes de inteligencia, carisma y optimismo en serie para cultivar la autoestima y valor neto de las mujeres de todo el mundo».
Gaby: «Tengo la capacidad de vivir en los países que me proponga junto con mi pareja y familia. Vivo una vida económicamente independiente, trabajando de forma remota en proyectos que me inspiran. Conozco a personas de distintas culturas y les aporto ayuda en lo posible. Vivo una vida consciente conmigo misma y mi entorno, personas o ambiente».
¡No hay reglas! Toma tus respuestas de los ejercicios, y busca proyectarlas de la forma en la que te sientas más cómodo. La única premisa es que este enunciado pueda servirte de guía en tu día a día, y en tus decisiones más importantes.
Te dejo un vídeo testimonial de Jay Shetty, quien cambió su vida por completo y se convirtió en gran motivación para quienes buscamos encontrar nuestro lugar en el mundo. «No puedes ser lo que no has visto» - Jay Shetty.
Vale la pena ver la entrevista completa.
¡Ahora mismo! No esperes una crisis existencial para revisar el rumbo de tu vida. No hay de que temer, no es la primera vez que tomarás decisiones importantes, solo que esta vez podrás decir: «A partir de hoy viviré de este modo».
Mantén el impacto realista, pequeño; primero para ti, luego para tu entorno. Una misión y visión no tiene por qué llevar consigo el tipo de experiencias que marcan historia en la humanidad. Tu proyecto de vida puede incluso basarse en «ser una mejor persona». Cada granito de arena suma, asegúrate de que el tuyo te motive lo suficiente como para comprometerte con él a diario.
Puedes colocar de fondo de pantalla de tu celular una frase o imagen que te recuerde tu enunciado día a día.
A pesar de que el concepto de misión y visión se utilizó por primera vez en el ámbito empresarial, el individuo lo comenzó a utilizar cada vez más en su vida de manera integral. Y es que al trabajar en tu misión personal automáticamente estarás beneficiando tu lado profesional, porque, como ya vimos, forma parte de las áreas claves que tomas en cuenta al definirla.
Además de apegarte a los valores de tu empresa, asegúrate de comprometerte con los propios en tu aspecto profesional.
Ahora que eres consciente de cómo definir tu misión y visión, el primer paso será aceptar que necesitas un cambio, y luego, tomar acción.
Hace un par de años decidí cambiar de creencias, carrera, alimentación, hábitos, forma de vestir, hablar, contenido que consumo; y principalmente, decidir por mi felicidad antes de que el día a día decidiera por mí.
Espero termines de leer con una sonrisa de esperanza en el rostro que diga: «Viviré, para mí, para mi proyecto de vida. Todo irá cada día mejor, convirtiéndome en una mejor persona. Voy a vivir la vida de manera libre, única, feliz. Me merezco una buena vida. Todos la merecemos».
Ingeniero de Producción. Fundador de Tiny Rockets y Meaningful (Agencia de Growth Marketing). Ha liderado proyectos de Growth Marketing para grandes empresas de Silicon Valley como BetterUp, Grove y Rocketplace. Participó en el Workshop de hábitos con James Clear en el evento de Habit Hackers Colorado 2018. Más de 5 años desarrollando productos para ayudar a las personas a construir mejores hábitos.