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La práctica deliberada está orientada hacia el proceso de aprendizaje y este aprendizaje es el que cambia tu comportamiento, para así lograr, que cada cierto tiempo aumente más tu habilidad para realizar una tarea específica, hasta lograr el dominio total de dicha tarea.

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La diferencia entre la práctica tradicional y la práctica deliberada, es que la tradicional es una actividad sin brújula, nada que aprender, nada que mejorar, es simplemente una repetición que nos conduce directo al estancamiento y al automatismo; mientras que una práctica deliberada, bien programada, nos abre el camino hacia la mejora e innovación. Justo eso es lo que impulsa a las personas hacia la perfección.

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1. Motívate

La motivación es el factor más importante para realizar la práctica deliberada, porque sin motivación se nos hará más retador enfrentarnos a los obstáculos que normalmente tienden a presentarse cuando estamos  tratando de aumentar nuestras habilidades actuales.

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Eventualmente en el camino tendremos algunos fracasos, periodos de progreso lento y de estancamientos, y si no estamos lo suficientemente motivados, existirá la posibilidad de rendirnos y por consiguiente, abandonar la práctica. 

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Es por eso que si decides mejorar una habilidad por intermedio de la práctica deliberada, necesariamente deberás estar muy seguro de que se trate de algo que te interese mucho y además, estar muy dispuesto a dedicarle tiempo y esfuerzo deliberado de cierta consideración.

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2. Establece metas específicas y realistas

Lo primero que tendrás que hacer es identificar la tarea que deseas mejorar o perfeccionar, debes tomar muy en cuenta tus conocimientos y habilidades actuales, dicha tarea tendrás que dividirla en pequeños pasos bien definidos y que sean alcanzables, luego con esos datos se diseña un plan de trabajo para programar detalladamente la ejecución de todos esos pequeños pasos y luego de realizar el análisis de los resultados obtenidos, puedes hacer una evaluación de tu desempeño y determinar en qué pasos de la práctica se están cumpliendo los objetivos y en cuáles no, además podrías realizar algunos ajustes, como por ejemplo, aumentar el nivel de dificultad de la práctica y así de esta manera, podrás superar poco a poco tus límites actuales y por consiguiente, irás ampliando progresivamente tus habilidades. 

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3. Sal de tu zona de confort

Como lo señaló Albert Einstein, «Si buscas resultados distintos no hagas siempre lo mismo».

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Es muy simple, si quieres mejorar, deberás esforzarte más y eso inevitablemente te sacará de tu zona de confort. Tus metas deben oscilar entre lo que sabes hacer y de lo que no eres capaz de hacer, salir de la zona de confort, significa intentar realizar una actividad de manera diferente, con el objetivo de mejorar nuestro conocimiento y habilidad para realizar dicha actividad.  

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4. Tienes que ser constante y persistente

Uno de los aspectos más importantes de la práctica deliberada es la constancia y eso es lo que la mantiene viva y encaminada hacia su objetivo. Algunas veces el esfuerzo podría verse no recompensado por los resultados obtenidos y eso tal vez nos desalienta un poco, pero a la larga, manteniendo siempre la constancia y sin dejar de persistir, podrás lograr muy buenos resultados, lo que representará mejoras de tus habilidades.

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5. Debes buscar comentarios sobre tu práctica

En lo posible es recomendable obtener retroalimentación de otras personas sobre tu desempeño de la práctica y una vez evaluados estos comentarios, podrías ver tus progresos y errores, lo que te daría la posibilidad de mantener o reajustar tu práctica y así continuar en la búsqueda de tu objetivo que es el de mejorar tu nivel de rendimiento. 

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De no ser posible obtener comentarios externos, necesariamente será tu propio criterio el que deberás tomar en cuenta, pero tendrás que ser muy objetivo contigo mismo para que estos sean realmente de alguna utilidad.

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6. Tómate un tiempo para recuperarte

Ya que la práctica deliberada nos exige un alto grado de atención, de esfuerzo mental y físico según sea el tipo de práctica, lo recomendable es dedicarle las horas de práctica que estén dentro de nuestras capacidades personales, sin generar mucho cansancio. Exceder ese tiempo de práctica, traería como consecuencia muy pocos beneficios, ya que la fatiga mental o física alterarían nuestro rendimiento de las próximas sesiones de práctica y eso inevitablemente la haría inexacta, se degradaría y consecuentemente sus resultados no serían confiables.

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Resumiendo, la práctica deliberada se puede utilizar para un sin número de actividades que todos realizamos en el día a día y si decides utilizarla, entonces estarás creando un buen hábito, lo que será muy productivo para mejorar tus conocimientos y habilidades.

Recuerda que el resultado de la práctica deliberada no depende del talento innato que una persona pueda tener, sino de la cantidad y calidad de la práctica que realiza, así que anímate y haz una prueba y te aseguramos que te sorprenderás de lo que tú eres capaz de hacer. 

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Para finalizar, te invitamos a leer el artículo de la curva de aprendizaje, que está muy relacionado a la práctica deliberada y así podrás ampliar aún más el enfoque que ya tienes. Entonces, ¡manos a la obra!

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